
Construir los músculos de las piernas era un problema incluso para El Roble, que era el apodo de Arnold en sus inicios.
Mucho antes de que dirigiera el Estado Dorado y pateara chicos malos en la gran pantalla, incluso antes de que ganara el entonces récord de siete títulos de Mr. Olympia, Arnold Schwarzenegger era una joven promesa culturista que tenía una debilidad evidente, las piernas. Con 1,88 de altura, Arnold conocía de primera mano la dificultad de su altura frente a la de otros culturistas en el desarrollo de su mitad inferior. Sin embargo, en lugar de aceptar esa limitación, Arnold sufrió, de manera agotadora y repugnante, los entrenamientos hasta tres veces por semana para construir unos enormes muslos dignos de alguien apodado El Roble.